Una planta que vale la pena cultivar en casa
Las cualidades de la salvia nos las anuncia su propio nombre científico:
Salvia officinalis, nombre que parece derivar de la palabra latina
salvare (curar). Los antiguos la llamaron herba sacra.
Esta planta pertenece a la familia de las labiadas, una de las más
nobles y extensas del reino vegetal, que reúne las principales plantas
aromáticas (orégano, menta, romero, tomillo, lavanda…).
La salvia crece espontáneamente en toda Europa meridional. En España
abunda en los lugares pedregosos del interior y en los terrenos
submontañosos.
Es habitual su cultivo en huertos y jardines por sus diversos usos en la cocina, y también en grandes extensiones, con fines comerciales.
En fitoterapia se usan las hojas y las sumidades floridas de la
salvia. Las hojas deben recogerse poco antes de la floración, pues es el
momento en que presentan mayor contenido en principios activos. Son
ricas en un aceite esencial, constituido por salviol, salveno, pirreno,
borneol, eucaliptol y canfeno. Todo ello le confiere a la salvia
propiedades tónicoestomacales, carminativas, antisudoríficas y
emenagogas (que aumentan, anticipan o provocan el flujo menstrual).
La salvia es especialmente eficaz frente a dispepsias, gastralgias y otros trastornos digestivos.
Ingredientes para la preparación del Té de Salvia:
- 5 o 6 hojas de salvia
- 33 cl de agua
Elaboración
Para preparar la infusión, deja 5 o 6 hojas de la planta durante 10-15
minutos en una taza de agua hirviendo (1). Cuélalo y toma muy caliente
inmediatamente después de las comidas, en sustitución del café (2).